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Notas de Prensa


El Punto de Las Artes

La repetición rítmica e imperfecta de la naturaleza
Abril 2007

Leticia Luengo (Madrid, 1951) expone en Centro Cultural Árabe Sirio de Madrid un conjunto de obras que nos trasladan inmediatamente a la ornamentación del arte árabe, a sus geometrías, vegetaciones y caligrafías. Los gouaches, los grabados, los aguafuertes y acuarelas nos hablan de la belleza de la repetición casi perfecta de la naturaleza y de las caligrafías árabes. En esa casi perfección está la belleza que se distancia de lo industrial: cada ejemplar es una prueba del paciente análisis de la artista de cada elemento compositivo y una muestra de su esmerada técnica.

Luengo sigue una trama secreta y minuciosa de formas cuadradas, esféricas o vegetales, semejantes a las antiguas celosías. Si se contemplan con atención se descubre entre ellas la poesía sosegada y paciente del mundo encerrado en un grano de arena. Las obras de formato reducido invitan al ensimismamiento, hipnotizan al espectador con sus sutiles variaciones, ya que no sólo se repiten las formas sino también el cromatismo: naranja, negro, marrón, en una sucesión rítmica en la que la técnica y la composición dan como resultado una aparente facilidad, que se transforma en misterio infinito.

La contemplación de estas obras, sin título en todos los casos, producen algo semejante al efecto de aplicar una lupa a un grano de azúcar o de tierra; el punto de fuga de nuestra mirada se aleja a distancias imposibles, que invitan al espectador a abandonar el espacio real y dejarse transportar por un movimiento rítmico y repetitivo.

En un guiño de la artista se presentan también una serie de obras casi diminutas en las que se utilizan recortes de periódicos en castellano imitando el efecto decorativo de la caligrafía árabe, con un resultado sorprendente por el contraste entre la belleza lograda por la obra y el objeto utilizado, un recorte de prensa de la sección de anuncios o de una crónica en la que se han suprimido las palabras precisas que daban sentido a las frases.

Desde 1979 Leticia Luengo ha realizado numerosas exposiciones en galerías nacionales y extranjeras, de Alemania, Estados Unidos, Francia, Holanda, Polonia. En 1999 fue finalista de la VII Edición del Premio Nacional de Grabado. Su obra está presente en la colección privada de la Sultan Gallery de Kuwait y en las colecciones del Banco Santander y la Fundación Telefónica, además de figurar como grabadora en el Archivo de Arte Contemporáneo de la Biblioteca Nacional.


El Punto de Las Artes

J.Perez Guerra
Enero 1999

Quién, cuando niño, no ha disfrutado mirando con una lupa, descubriendo mundos diminutos, microcosmos dentro de las estructuras minerales, y no se ha dejado invadir por la sensación agradable de haber cambiado de escala y de introducirse en otro universo de leyes distintas, quizás con el deseo de olvidarse del caos humano? ¿Quién no ha pasado horas mirando el mar dejando la mirada atrapada en la red de las olas, en su movimiento sin fin, y no se ha sentido hechizado? La observación de estas formas ordenadas que nos ofrece la naturaleza puede llegar a producirnos fascinación. Y es que el orden de la naturaleza es muy distinto del que es capaz de producir el hombre. La naturaleza no se repite: las olas avanzan una y otra vez pero sin ser nunca las mismas. Y es así como nos atrapa, nos captura en esa red cambiante y nos hace dejar suspendido nuestro pensamiento.

Leticia Luengo aprende de ese repetirse sin ser nunca igual de la naturaleza, y nos ofrece unas obras que tienen como base la retícula, pero con sutiles variaciones, deliberadas desviaciones del trazo, imperfecciones voluntarias, que destierran toda frialdad propia de las estructuras modulares. Dando la espalda a la regularidad de lo industrial, de los artefactos fabricados por el hombre, imita la belleza de la naturaleza, buscando el encanto, la magia de esas formaciones naturales. El resultado es muy sencillo, pero produce un placer estético contenido, misterioso, por ser un canto a lo mínimo, a esos pequeños detalles de la naturaleza. Por medio de formas mínimas, mínimos elementos, mínimos recursos, sólo con pequeñas variaciones de forma en unas obras y de color en otras, consigue obras atractivas, que se hacen aún má cercanas por emplear un formato pequeño. Sus obras se pueden mirar durante largo tiempo sin cansarse, sin que produzcan desasosiego, pueden observarse con minuciosidad y detenimiento como la cadencia sosegada de las olas del mar.


El Punto de Las Artes

Leticia Luengo, pinturas y obra sobre papel
Febrero 1996

La Galería Tolmo de Toledo acoge desde mediados de este mes y hasta primeros de febrero una interesante muestra de telas y papeles de la artista Leticia Luengo. La exposición nos acerca a la obra de una pintora que busca en el sentido esencialista del arte el autentico valor estético de sus trabajos. Imbuida en un proceso de abstracción cada vez má profundo e introspectivo, Luengo habita en la mancha de color aislada para desentrañar todo el misterio que el pigmento en si mismo es capaz de revelarnos, evocando formas redondeadas, veladuras y transparencias de un lirismo elegante y a la vez provocador, sugerentes mundos ilimitados de abismos llenos de misteriosas luces o de oscuridades profundas. Otras veces emana una vena má racional, y entonces la artista trata de ordenar el caos a base de serializar los puntos y encasillarlos en cuadrículas má o menos definidas para que no escapen al control de su observancia. Pero estos logran huir y por fin se derraman sin pudor por toda la superficie del soporte creando manchas caprichosas, inundándolo todo con su aroma seductor... Es la fuerza má sutil y embriagadora de la pintura de Leticia Luengo la que atrae irresistiblemente nuestra mirada.

Leticia Luengo ha expuesto su obra en má de media treintena de individuales y numerosas colectivas celebradas desde los años setenta en las principales galerías madrileñas, así como en USA, Alemania, París, Holanda… Participa asiduamente en ferias de arte, ACO, BIAF, Intergrafik de Berlín, y en salones de grabado, etc...


El Periódico de Cataluña

J.M.Cadena
Abril 1988

Acuarelas y grabados en los que la abstracción es como una voz amable que atrae al espectador y acaricia su sensibilidad. Leticia Luengo tiene el don de lo estético y sabe proyectarlo a través de una técnica muy depurada. Sus grabados son pequeñas joyas, en las que el buen trabajo facilita la entrada en los espacios interiores. Sus acuarelas, pertenecientes a distintas series y afectadas en el conjunto por una excesiva abundancia de las de última época, tienen la elegancia de un poema íntimo de mesurada espontaneidad. Recomiendo la visita.





Tom Maddock Gallery

News
April/May 1986

During these two months we are presenting a small, very interesting exhibition of the smaller coloured drawings and engravings by the young artist Leticia Luengo. She has had many exhibitions in her home town Madrid, and also in many diverse places in the United States, France, Germany, Poland and India. Leticia is an artist who taxes all her creative and technical abilities to the full. Her engravings are pulled personally, not so usual today, in these she shows a thorough dominion of this difficult and augean task.





GAL-ART

GAL-ART 118, J.Llop
Mayo 1986

Larga andadura internacional de Leticia Luengo, con exposiciones en diversos países. Ahora, radicada entre nosotros, reanuda su ritmo expositivo aquí. Y lo hace en la barcelonesa galería de Tom Maddock con una serie de dibujos, técnicas mixtas y grabados que acreditan sus saberes.

Pintura no figurativa la suya, en la que los espacios, zonas y volúmenes adquieren una importancia fundamental, acentuada por trazos nerviosos. El color aparece puesto al servicio de sensaciones y sentimientos; obra equilibrada, de brillantes soluciones y de la que la reproducida no da exacta imagen. Leticia Luengo es suavidad, sensibilidad, sosiego y equilibrio; cada una de sus obras es expresión de silencios interiores, de soledades emocionadas, de sentimientos puros. Obra de brisas, de fragilidades... Obra que desprende una sinceridad absoluta.


Diario ABC

J.Rubio
Enero 1984

El hecho de que Leticia Luengo (Madrid, 1951) no sea demasiado conocida en España se debe a que sus primeras y má importantes exposiciones las ha celebrado en diferentes capitales europeas. Digamos de ella, en principio, que es una pintora nata y grata, que tanto en sus series (siete series temáticas, cuarenta dibujos) como en sus pequeños grabados (ocho), como en sus veinte producciones en diversos formatos, Leticia Luengo nos comunica lo que quiere, lo que nace de su sensibilidad, sin problemas. Es una pintura no figurativa la suya, pero capaz de decir algo en el plano ético, en el estético y en el puramente intelectual. ¿En qué consiste su belleza? En la suavidad del trazo, del color, de la composición que, ciertamente, proviene de un momento determinado del abstraccionismo, pero que en ella parece estrenarse y reciennacer. ¿Escenografia? Quizá. ¿Boceto para un cuadro mayor? Tal vez. Leticia Luengo camina con soltura por los cauces del dibujo (grabadora de talento) y por los del gesto más limpio y creativo. Camina desde hace diez años, por el más limpio de los informalismos que, además, ejecuta con espontánea y brillante soltura. Lo que nos ha quedado de aquel movimiento abstracto expresionista parece remansarse, justamente, en pintores de sensibilidad exquisita (recordemos a Zobel), cuya mancha nos recuerda la acuarela japonesa, cuyo rasgo es má intelectual que el de los norteamericanos, cuyo color hereda la gran tradición occidental, cuyo contenido viene de los frescos má religiosos, cuya gracia nació (hace siglos) en Grecia.